Extraído de www.mascotasyhogar.com
Consejos para una convivencia armónica
El recibimiento del cachorro es motivo de alegría pero también de atención extra. El interés y el cariño por nuestro perro no puede fluctuar de la noche a la mañana, puesto que esto provoca confusiones. Si fingimos una pelea con un perro joven, éste debe codificar a la perfección que se trata de un simple juego. El secreto está en no dejar que se coloque encima de nosotros porque esto indica que nos quiere demostrar que nos domina. Se lo impediremos siempre y, si insiste, le colocaremos con firmeza en el suelo reteniéndolo sin dubitar.
En el mercado existe una gran cantidad de juguetes especialmente diseñados para los perros de diferentes edades. Solamente tendrá acceso a aquellos objetos que hemos determinado que sean de su propiedad. Es muy importante que le quitemos cualquier cosa que no sea suya.
Uno de los aspectos que podemos poner en práctica para que nuestro perro no se tome excesivas confianzas es establecer una especie de intercambio: una orden, un premio. Esto hay que tenerlo muy en cuenta con las caricias. Puede que tengas unas ganas increíbles, nada más llegar a casa, de acariciar a tu perro pero, si quieres educarle bien, primero mándale una orden sencilla (sentarse por ejemplo), y después ya podrás demostrarle tu cariño.
La justicia será la máxima que impere en tu trato con el perro. No puedes castigarle sin motivo, pero tampoco puedes dejar de premiarle si ha hecho algo bien. Un problema típico es el que surge cuando tú conoces todas las premisas que aquí te indicamos y el resto de tu familia no. Los perros son muy astutos y saben cuándo alguien comete un error. Si tienes niños en casa y hacen alguna de las suyas sin ser reprimidos, aunque sea mínimamente, tu can lo tomará como una ofensa. También es importante que si tú te has presentado como el líder y tu cónyuge te echa una reprimenda, el perro lo entenderá como una oportunidad para aumentar su rango.
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