miércoles, 7 de noviembre de 2007

EL PERRO DEL VECINO



Siento ladrar un perro todos los días y todas las noches a intervalos de 2 horas mas o menos, desde hace un año….o mas. Me reto a mi misma a hacer algo para que esto no siga ocurriendo, para que ese animalito pare de sufrir, lo que sea que esté sufriendo: hambre, stress, abandono.....y en ese momento encuentro que no soy única y logro que un par de vecinos se me una y acudamos a este encuentro con el vecino del maltrato animal y los ruidos molestos. Para mi sorpresa, no siempre lo que empieza bien termina de la misma manera. Los vecinos, tan bien dispuestos en un comienzo, al primer tropiezo, se quiebran, retroceden. Me doy cuenta en ese momento que así somos los humanos: inconstantes, débiles, temerosos, nos damos por vencidos al segundo intento. Pero estoy decidida a continuar, por perseverancia y propósito: el vecino molesto no abre la puerta, el juzgado no le da ninguna tribuna a la denuncia escrita y los vecinos sueltan la soga y dejan que me ahogue sola. Pero me he propuesto terminar lo que empiezo, así, voy a la municipalidad y hago el reclamo al alcalde: Este finalmente me escucha, y el vecino molesto terminará entregando su maltratado perro a la protectora de animales, previo pago de una elevada multa por su descuido. Bueno, este es el desenlace ideal, más no el que se desarrolla en realidad, debido al inefable factor humano: corrupción. De una u otra forma, ésta se hará presente en algún tramo de mi gestión conducente a un propósito noble, pero que involucra la voluntad de otras personas. Entonces todo empieza a conspirar con el diablo: los buenos propósitos y las causas nobles desaparecen, se esfuman, se pierden en el laberinto de las coimas y los intereses personales o la simple perversidad de terceros.

Lo triste es que no habrá esperanza para el perro y su dolor diario como no la habrá tampoco para el cambio global mientras no exista conciencia de un cambio a nivel personal.

Pero la buena noticia es que ya está sucediendo¡

Lo veo en mí y en otros en diferentes lugares y latitudes…..se está creando lenta pero inexorablemente una conciencia de unidad frente a la conspiración…..y no habrá tregua llegado el momento.

¿Porqué lo se?.............porque soy parte de este cambio, y porque me he encontrado con el modo de ayudar a que sea posible. El poder de la palabra es lo único que el hombre tiene en la naturaleza, que lo hace diferente del resto de la creación. Usémoslo¡

Todos nosotros deberíamos dejar de mirar al perro del vecino como algo ajeno…..somos parte de este juego , por lo tanto el problema y la solución del mismo está aquí, ahora, con el aporte que cada uno haga a su comunidad, saliendo de la negación inconsecuente y egoísta de “no es mi problema”.

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